Los botes secundarios se forman cuando varios jugadores con cantidades distintas de fichas apuestan todo. En póker, cada jugador iguala la apuesta de sus oponentes con tantas fichas como pueda. Además, los jugadores también deben igualar la cantidad más pequeña apostada.

 
Ejemplo:
 
El jugador A tiene 25 fichas, el jugador B tiene 75 fichas y el jugador C tiene 100 fichas, y los tres apuestan todo. 
 
Con 25 fichas de cada jugador, se forma un bote principal de 75 fichas. Al jugador B le quedan 50 (75 - 25 = 50) y, como también ha apostado todo, el jugador C deberá igualar la apuesta con otras 50 fichas, de modo que se formará un bote secundario de 100 fichas. Al jugador C le quedarán 25 fichas (100 - 25 - 50 = 25) que no se apostarán.
 
Si el jugador A tiene la mejor mano, solo se llevará el bote principal. El bote secundario lo ganará el que tenga la mejor mano de entre los jugadores B y C. 
 
Si el jugador B tiene la mejor mano, se llevará tanto el bote principal como el secundario.